Es curioso, ahora me planteo esto de escribir para nadie en concreto. Parece ridículo, realmente es como cuando antaño la gente hablaba sola. Les tachaban de locos, aunque ya he leído que es síntoma de inteligencia (no me quiero echar flores…), en cualquier caso, si uno se para a pensarlo, se queda dudando entre la superinteligencia 😉 y la locura, sin saber muy bien hacia qué lado inclinar la balanza.
Entiendo a los periodistas. No escriben para nadie en particular, pero la gente compra su periódico, y si el comprador pasa de las esquelas y los chistes, hasta puede que lleguen a leer su artículo. No es mi caso, en realidad ni se acerca a mi caso, yo no tengo suscriptores y lo mismo hablo de fotografía que del tiempo. Puede que al final, sea más sensato pensar en un puntito de locura que de un asomo de inteligencia. Aún así, mi empeño va a ser seguir plasmando aquí cosas que se me vengan a la cabeza a la hora que se me ocurran o cuando la parte inteligente de mi vida (trabajo, familia….) permitan a mi zona «menos sensata» dedicarse a hacer fotos o alguna otra gansada que surja en ese momento de liberación.
Hoy concretamente pensaba en lo bonito que se ven los amaneceres desde la ventana del salón por la mañana. Y como hoy me he dado cuenta de ello, llevo una semana hinchándome a hacer fotos de tan espectacular acontecimiento (lo digo por bonito, no por raro). Casi mi primer acto al levantarme es mirar por la ventana para controlar el tiempo del que dispongo para asomarme antes de que sea demasiado tarde, pero no antes de que esté realmente bonito.
En unos días publicaré una colección de Cazando Alboradas, y podréis ver con qué cosas me entretengo antes de quitarme el pijama.
Pedazo fotos